El riesgo de hacer negocios. ¿Qué te mantiene despierto en la noche?

A nivel personal, está la familia, la hipoteca, el trabajo y las pensiones, todo lo que determina si mañana es mejor o peor que hoy. Para las empresas y las personas que las dirigen, las preocupaciones pueden escribirse un poco más grandes. ¿Qué hay por ahí que pueda hacernos la vida más difícil o, en el peor de los casos, sacarnos del negocio? Algunos problemas son perennes, pero otros cambian de un año a otro, y 2020 se perfila para tener un conjunto de razones particularmente nudosas por las que, de hecho, vivimos en tiempos interesantes. De hecho, hacer frente al riesgo de hacer negocios parece ser un factor determinante para que una empresa pueda mantener sus clientes e incluso crecer en momentos de economía de crisis.

¿Pero dónde están los riesgos? Por supuesto, existen los problemas económicos del «panorama general», pero la vulnerabilidad más fácil y sencilla para las empresas esta en destruir su economía mediante los impagos de sus facturas a sus clientes.

En este campo, dicen los expertos, un área clave de preocupación en 2020 es la calidad de la información de una empresa.

Además del impago de los clientes habituales y “llamados seguros”, bien porque les afecta la crisis o porque el impago de facturas es el método más económico de financiación, nos encontramos con un fraude nuevo que es la suplantación de personalidad empresarial, conocido en Latino América, pero prácticamente desconocido en Europa.

Parece ser que el departamento de Delincuencia Organizada de la Policía, empieza a poner la vista en esta tipología de empresas que se dedican a la estafa económica, y que va desde el fraude hasta el lavado de dinero.

Una buena información comercial y de riesgo es quizá una de las mejores medidas para conciliar el sueño, y esto lo saben las grandes empresas y corporaciones, que dada vez están mejor preparadas para enfrentar estos riesgos, pero las Pymes Españolas siguen sin prestar la debida atención a esta cuestión, hasta que suele ser demasiado tarde, de aquí las 50.000.- empresas que cerraron en 2019 a causa de la morosidad y el fraude.

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