Los profesionales, y en particular las PYMES, deben tener fondos suficientes en su tesorería. Para poder disponer de la tesorería necesaria para el buen funcionamiento de la empresa, su método de cobro de deudas debe ser óptimo. Porque, con el tiempo, los clientes, ya sean profesionales, empresas o particulares, tienden a retrasar la fecha de vencimiento de su pago. ¿Cómo hacer frente a este tipo de prácticas? ¿Y qué soluciones existen para contrarrestarlas?
¿Qué es el cobro de deudas?
El cobro de deudas es lo que sucede cuando el deudor no cumple con el plazo de pago de la deuda. Por lo tanto, el acreedor o la acreedora tienen la posibilidad de iniciar un procedimiento de recuperación de deuda. Este último persigue un objetivo simple: obtener el pago del dinero que le corresponde por derecho. Para obtener esta cantidad, el acreedor tiene entonces varios medios: proceder a un método de recuperación amigable o iniciar un procedimiento judicial.
Sea cual sea el método elegido, el acreedor tiene todo el derecho de “reprochar” a su cliente el abuso que ha demostrado. El cobro de deudas, ya sea de forma amistosa o por medios legales, está totalmente regulado por la ley. Además, es necesario estar atento a las diversas leyes vigentes según el tipo de deuda o mucho mejor recurrir a profesionales para comprender todas las sutilezas del cobro.
Soluciones para mejorar su método de cobro de deudas
Actualmente, existen varias soluciones para ayudar a los acreedores a obtener el cobro de deudas. Desde el método más suave hasta los procedimientos más complejos, con las diferentes opciones que le permitirán finalmente obtener lo que le corresponde.
Asegúrese de anticiparse antes de que la factura sea unas deudas
Antes de llegar a solicitar al cliente después del finalizar el período de pago, el acreedor puede anticipar el proceso. Para hacer esto, debe tener una visión general de los próximos plazos. Cabe recordar que el plazo de pago no puede superar los 60 días de media. Es por eso que vale la pena tomar la iniciativa de contactar a los clientes antes de que finalice este período. Este recordatorio se puede hacer, por ejemplo, por correo electrónico, correo postal o llamada telefónica. La mayoría de las veces, da sus frutos, sin forzar las relaciones comerciales.
Trate de reducir los tiempos de pago.
Descuentos por pronto pago, o multas por pago tardío, aplicando el tipo de interés legal, suelen dar en ocasiones buenos frutos.
Como se mencionó anteriormente, los plazos de pago profesionales generalmente no pueden exceder los 60 días (teniendo en cuenta la fecha de emisión de la factura). Aunque este plazo es muy utilizado, nada impide reducir los plazos de pago para el cobro de deudas. Sucede que algunos profesionales, para animar a los clientes a pagar en el plazo fijado, aplican penalizaciones por morosidad.
De la misma forma, es posible “premiar” a los clientes que hayan realizado su pago antes de la fecha de vencimiento. Por ejemplo, el acreedor puede conceder un descuento al cliente que haya liquidado su deuda antes del plazo máximo.
Por otro lado, también es posible solicitar un anticipo en depósito del 20 o 30% el día del pedido. Una buena manera de mantener el flujo de efectivo.
Suscríbete información o garantías para más seguridad en los pagos
Si tienes dudas antes de realizar una venta, lo mejor es solicitar a empresas especializadas toda la información posible de su potencial cliente, e incluso pedir un análisis de riesgo del límite de dinero que puede arriesgar en esa venta, como los que facilita OnDirect. Aun así, si sigue teniendo dudas, debe de tener cuidado y solicitar garantías. Entre estas garantías, se recomiendan varias:
Solicitud de aval/garante: los acreedores pueden solicitar a los clientes que designen a una persona como avalista de su préstamo. Por lo tanto, si el pago no es realizado por el cliente, debe ser realizado por el garante lo antes posible.
Establecer una cláusula de reserva de dominio: los acreedores tienen la opción de insertar esta cláusula en sus órdenes de compra o en sus condiciones generales de venta. Esta cláusula les permite conservar la propiedad de los bienes vendidos hasta que se haya pagado el precio. Si esta propiedad no se paga, es de ellos por derecho.
Este sistema de garantías es, por tanto, especialmente eficaz para el cobro de deudas.
Establecer un procedimiento de factoring
Si las facturas impagadas son frecuentes en su empresa, el factoring es una solución interesante para los profesionales. El factoraje es un proceso sencillo que permite a las empresas enviar las facturas de los clientes a una empresa especializada. Esta empresa es responsable de pagar el monto adeudado (sin impuestos). Por lo tanto, el acreedor ya no tiene que preocuparse por no pagar sus cuentas. A cambio, sin embargo, debe pagar los honorarios de gestión y comisión a esta empresa especializada.
Como último recurso: acudir a los tribunales
Última solución si todos los métodos amistosos no han funcionado: emprender acciones legales, siempre y cuando disponga de documentación probatoria y válida, y por supuesto, que el moroso tenga la suficiente solvencia para poder hacer frente a la deuda, sus intereses y los gastos judiciales. Es muy importante que la documentación a poder ser, tenga poder ejecutivo, como los pagarés, cheques o reconocimientos de deuda y recuerde que existe un plazo máximo para recurrir a la vía judicial en caso de impago, según el tipo de deuda y este a partir de la fecha máxima de liquidación.
Mejorar su método de cobro de deudas toma muchas formas, depende de cada uno definir la solución más adecuada para evitar la acumulación de facturas impagas.
MABR. Puedes encontrar este y otros artículos en https://www.ondirect.es/blog